Les pregunté si querrían ellos/as tener en clase una cajita con sus tesoros y por supuesto el sí fue unánime. Así que llegado las dos de la tarde comuniqué a las madres que esperaban en la salida de la clase que sus hijos/as podían traer una cajita de esas que venden tan bonitas y que les pusieran el nombre, debían traerlas primero vacías.
La respuesta no se hizo esperar, a los pocos días tenía en la clase todas las cajitas.
Y llegó el siguiente paso que fue decirles que podían traer ya un tesoro pequeño.
A primera hora de la mañana, durante la asamblea cada niño/a fue enseñando su tesoro y guardándolo en su cajita. Todos saben que esas cajitas de tesoros nadie salvo su dueño la puede abrir. Ha habido algún que otro chiquillo/a que ha traído en este tiempo más de uno, pero no importa.
En la clase no tenemos mucho sitio y están colocadas por equipos.
Las cajas de los tesoros forman parte de lo que llamamos rincón personal y que hace tiempo hablé sobre ello y por eso os dejo aquí el enlace a esta entrada:
Rincones en el aula 2a
Con la caja de los tesoros llevamos a clase parte de su mundo, de su casa, de sus emociones, de sus sentimientos. Con la caja de los tesoros nos damos a conocer un poquito más a nuestros/as compañeros/as.
Si el tesoro que se guarda en la caja tiene relación con un acontecimiento significativo para el/la niño/a mucho mejor, así cuándo al cabo del tiempo abra la caja asociará el tesoro con un recuerdo y si es feliz entoces verlo será extraordinario.
Gracias a todos/as por vuestros comentarios, muchos abracitos de corazón.