Vuelvo a casa, a veces muy cansada, y en esta época de primavera también con calor. Pero la bahía, el mar, está ahí, acompañándome, recibiéndome. Mi casa se va divisando, allá, entre la bruma de Cádiz.
Os dejo una foto de la bahía.
- Eeeeeh Linda- dijo la mariquita adoptando un aire solemne- ¿Tu vas a dejar que te discriminen o te tiñan las plumas de amarillo pollo? ¡¡Horror!!
Lindazul estaba salivando involuntariamente aunque su curiosidad era mayor que su apetito, así es que le preguntó -¿Quién eres y de dónde vienes? Nunca ví nada con ese color.
- Yo me llamo Pili- Le contestó la mariquita moviéndose con garbo- Y he llegado aquí persiguiendo la bolsa de oro del final del arcoíris. Terminó de llover y ví desde el cielo tanto amarillo que deduje que sería el tesoro.., pero ¡Zas! Sólo es un cacho de tierra pajiza-
Hizo una mueca y una pausa mientras atusaba su melena rizada, algo que Cyrilla aprovechó para intervenir.
-¡Oh! ¡Pequeño insecto! ¿Cómo osas venir a mi país a hacernos de menos? No somos pajizos somos del color del oro, del sol, de los plátanos
-Si, claro y de todo, porque aquí no hay nada de otro color."
blog sobre mi experiencia como maestra de infantil en el colegio público Carmen Sedofeito de Chiclana, Cádiz
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